La cabeza y el corazón

Hablar de la mujer es mencionar el ser más divino, especialmente cuando se refiere a la madre y el género femenino en general. Siempre se ha dicho que el hombre es la cabeza del hogar. Lo que poco se ha mencionado es que la mujer es el corazón.

Como señalando que el varón es el que responde por la familia y el que mejor piensa, pero también es la mujer la que mejor orienta y actúa, es el eje que mantiene el equilibrio para que un hogar se mantenga unido.

Pero en el siglo XXI habrá tantas cosas positivas de la evolución y de sus logros de sus derechos humanos, y es algo meritorio, admirable y aplaudible. Lo lamentable es señalar la “degeneración de un gran porcentaje del siglo XXI”. De acuerdo a los registros de la historia de la desintegración familiar había una frase “machista” utilizada por el hombre quizá en un 100 por ciento que hacía llorar a su pareja y al final a los hijos les tocaba la parte peor, y fue la expresión “divorcio”. Actualmente, la “mujer del siglo XXI” no solamente acepta la primera intención de divorcio, sino que, en varios casos, ellas lo proponen a sus parejas y después piensan en los hijos.

El feminismo, como le hacen llamar a este fenómeno, debería ser para darle un ejemplo al hombre, que por naturaleza nace o se hace machista, o las dos cosas, pero jamás debería ser para imitar lo negativo del varón.

Pues el alcoholismo y tabaquismo en los últimos años han aumentado en la población femenina, igual el índice de madres solteras. Los niños de la calle, producto de la separación familiar, es común que deambulen por las calles y avenidas de un país llamado Honduras.

“LA MUJER ES EL CORAZÓN DEL HOGAR, EL EJE QUE MANTIENE EL EQUILIBRIO”.