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De vuelta a la normalidad

El nacimiento de un bebé es una de las etapas más lindas para una mujer. Pero, también puede ser una de las más duras, aquí algunos consejos de nutrición y fitness posparto para recobrar tu figura de la manera adecuada.

textos Melissa Fortín fotos iStock y Getty Images

La llegada de un bebé no solo te cambia el horario y la rutina, sino también tu cuerpo y como estabas acostumbrada a verlo. Esto, sumado con la presión social de verte de cierta manera, puede generarteprisapararecobrartupesoanterior,volviendo al ejercicio que practicabas y a algún tipo de dieta restrictiva. Lastimosamente, existe muy poca información y ningún protocolo a seguir para la mamá posparto. Y con eso me refiero a cualquier etapa después de un parto. No importa si fue hace unos meses o hace ya varios años. Muchas mujeres salen del hospital sin ningún tipo de información sobre los cambios que ha pasado su cuerpoylossíntomasquepuedenocasionar:escapes involuntarios de orina o gases; dolores en la espalda baja; sensación de incomodidad en la herida de la cesárea (en el caso que hayas tenido una); incomodidad en las relaciones sexuales y una pancita que no se va ni con dieta ni ejercicio, entre otros. ¿Qué sucede con tu cuerpo en el embarazo para que sucedan estos síntomas posteriormente?Primerohablaremosdelafaja abdominal. Tu cuerpo es una máquina inteligente, y durante elembarazo,tusrectosabdominales(conocidoscomosix-pack) se separan para hacer espacio para tu bebé. Esto también provoca que tu centro de gravedad cambie, y tu cuerpo se incline un poco más hacia el frente, creando una curva en la espalda. Después del parto, el 70-80% de las mujeres se quedan con esa separación, llamada diástasis abdominal, que es básicamente el espacio creado entre recto y recto abdominal que no volvió a su lugar. La diástasis puede producir dolores de espalda y una “pancita de embarazada”, que muchas veces es confundida con grasa abdominal. La mayoría de veces, al corregirseladiástasis,semejoralaaparienciadel abdomen y los demás síntomas. Si no rehabilitas y fortaleces esos músculos que componen tu faja abdominal (rectos y transversos abdominales, oblicuos y demás) antes de retornar al ejercicio convencional, es probable que ese entrenamiento empeore tu condición, debilitando aún más los músculos, produciendomásdoloresdeespaldaylapancitaquenunca parece desaparecer.

Suelo pélvico

Adjunto a tu faja abdominal se encuentran los músculos de tu suelo pélvico, que es como tu centro de gravedad. Estos son los músculos que sostienen todos tus órganos. Durante el embarazo, sostienen mucho más peso de lo que están acostumbrados: tus órganos, tu bebé, la placenta, el líquido amniótico, etc. ¡Y lo hacen por 9 meses! Después del nacimiento, siguen sosteniendo tu peso, además de ser impactados por la postura diaria, cuando cargas a tu bebé (y demás hijos), como duermes, como te sientas, como te lavas los dientes, como limpias los platos, en fin. La debilidad de estos músculos puede causar que tengas escapes involuntarios de orina o gases cuando haces fuerza, ríes, estornudas o toses.

Para que tus tejidos puedan regenerarse, debes darles la “gasolina” necesaria en forma de alimento. Prioriza siempre los alimentos que sean mínimamente procesados, sin olvidar en cada tiempo de comida una fuente de proteína y muchos vegetales.

La respiración diafragmática es necesaria para reconectar tu cerebro con esos músculos que han estado dormidos durante más de 9 meses. Aprender a respirar de la forma correcta

(tal cual como lo hace un bebé) no solo te ayuda a re-conectar sino también a relajarte, liberando el estrés que es común al tener que cuidar de una criatura. Además, te ayuda a regular la presión de aire que hay en tu cuerpo, distribuyéndolo de la forma más adecuada en todo tu sistema y oxigenando tu sangre.

El ejercicio de recuperación y fortalecimiento es vital antes de cualquier entrenamiento convencional. Este ejercicio con técnica especializada es diseñado por un profesional pre y posnatal, quien te ayudará a despertar esos músculos dormidos y a fortalecerlos, usualmente por un período de 8 semanas, para que puedas volver a tu ejercicio favorito de forma segura.

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2022-05-05T07:00:00.0000000Z

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