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El poder de Isabel Allende

A pocos meses de cumplir 80 años, es la autora latinoamericana más leída con 72 millones de libros vendidos. Su obra ha sido traducida en más de 42 países, y con Violeta, su nueva novela, no deja de sorprendernos con su irrepetible pluma.

foto AFP producción y texto Claudia Gómez

Nació enLima, Perú en 1942. “Durante la Segunda Guerra Mundial, mi madre, en contra de su voluntad, se casó con el hombre equivocado: mi padre”. Durante el matrimonio sus padres, ambos de nacionalidad chilena, estuvieron la mayor parte del tiempo separados, sin embargo tuvieron tres hijos, siendo Isabel la mayor. Apenas aprendió a hablar , Isabel ya “torturaba” a sus hermanos con cuentos morbosos que llenaron sus días de terror y sus sueños con pesadillas. Con el afán de añadir centímetros a la estatura de la pequeña Isabel, su madre la llevaba a un gimnasio donde le ataban los pies y manos para estirarla. Fue durante la celebración de uno de los cumpleaños de la niña que su padre salió a comprar cigarrillos y nunca volvió, dejándolos solos en un país extraño. “En Chile no existía el divorcio y de alguna manera mi madre se las arregló para anular el matrimonio y de la noche a la mañana se convirtió en madre soltera”. Sin dinero, educación ni preparación, Francisca Llona Barros regresó con sus hijos a la casa de sus padres. “Mi abuelo era un hombre buenísimo, yo lo adoraba, pero era la autoridad máxima, era como un dios, un vasco sólido, tenaz, fuerte como una mula, me dio el don de la disciplina. Mi abuela era encantadora, con muy poco interés en el mundo material, y pasó la mayor parte de su tiempo experimentando con la telepatía y hablando con los muertos en sesiones de espiritismo”, suele relatar. Su madre, quien era hermosa y a la vez vulnerable y lloraba todo el tiempo, tuvo muchos pretendientes. “Se casó con el más feo de todos, parecía una rana, pero con el tiempo se convirtió en un príncipe, con un corazón noble”. Empezaron a viajar ya que su padrastro era diplomático, “yo tenía 15 años y estaba tan cansada de decir adiós a lugares y personas que decidí que iba a plantar mis raíces en Chile y no volvería a viajar más”. A los 19 años se casó con un ingeniero y a los 23 ya tenía dos hijos: Paula y Nicolás. Con el tiempo su carrera como perio-

dista iba en ascenso y era reconocida por sus columnas de humor feminista y programas de televisión. Durante el golpe militar en Chile, Isabel se marchó con su familia. “Nos fuimos a Venezuela, un país verde y generoso”. Su destino cambió el 8 de enero de 1981. “Ese día recibimos una llamada telefónica diciendo que mi abuelo se estaba muriendo, no podía volver a Chile para despedirme de él, así que esa noche comencé una especie de carta espiritual para ese amado viejo. Supuse que no iba a vivir para leerla, pero no me detuvo. Escribía todas las noches, haciendo caso omiso al hecho que mi abuelo había muerto. Ya no parecía carta. Mi primera novela, La Casa de los Espíritus había nacido”. Los años pasaban, no podía regresar a Chile por la dictadura y la relación con su esposo se deterioró por completo. Después de más de 25 años juntos se decidieron por un divorcio amistoso. Luego conoció a su segundo esposo, William Gordon “me lo presentaron como el último soltero heterosexual en San Francisco. Willie había leído mi segunda novela y le gustó... Fuimos a cenar y Frank Sinatra cantaba Strangers in thenight y fue allí donde hubo un flechazo”. En diciembre de 1991 recibió el más duro de los golpes. Su hija Paula, que padecía porfiria, cayó en coma en España. La negligencia en la unidad de cuidados intensivos le provocó un severo daño cerebral y terminó en estado vegetativo. “La llevamos a nuestra casa en California y murió en mis brazos, un año después”. De ese dolor nace Paula, una novela basada en 180 cartas que le escribió a su madre y notas que había tomado durante la enfermedad de su hija. Después siguieron muchos éxitos y nuevos libros: Afrodita, Hija de la Fortuna, Retrato en

Sepia, entre otros. En 2015, después de 27 años, Isabel y Gordon se separaron. Pero la tercera es la vencida. Como si fuera la primera vez, hace tres años Isabel se enamoró del abogado Roger Cukras, con quien se casó en una íntima ceremonia en Washington. “Estoy alerta, abierta al misterio de la vida. Lo peor ya me pasó. Cuando me separé de Willie, al que amé mucho, la gente me daba el pésame, como diciendo `ay, esa pobre señora vieja que se va a quedar sola'. Y yo pensaba, esto no es ni el 10 por ciento de lo que pasé con Paula. El amor no solo pasa en las películas, sino también en cualquier momento. A veces por casualidad o porque la gente lo busca”, declaró posteriormente. Con su más reciente obra Violeta, la escritora encontró la musa en su madre, quien falleció en 2018. “Mi mamá era como Violeta, de personalidad, una mujer bella, inteligente, con un sentido de humor irónico. Pero con la diferencia que mi madre nunca pudo mantenerse sola. Y no hay feminismo sin poder mantenerse sola... Es así que crecí con esa sensación de que mi mamá estaba en una situación de injusticia, en una situación de desigualdad, de vulnerabilidad”.

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2022-05-05T07:00:00.0000000Z

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