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ZONA DE LECTURA

UNA ESTRATEGIA DE LA INFANCIA PODRÍA SER DE AYUDA CON TUS PROPÓSITOS DE ADULTO EN 2022

Textos Marianella Cordero corresponsal ESTILO en Costa Rica

Apenas es enero. Que no hayás comenzado con el propósito el día 1 no quiere decir que no podás hacerlo mañana. Traé una libreta. Apagá la compu, dejá a un lado el teléfono. Pensá qué quisieras cumplirTE, ponele fecha al sueño y un calendario con pegatinas será suficiente. La primera estrellita trae las demás. Tengo 11 años de madrugar para ir a correr, las estrellitas me recuerdan que hoy también puedo. Porque ayer y antier pude. Si nos funcionó en el kínder, ahora también. Vamos por esas estrellas de enero, luego las de febrero… y así. Sin prisa, pero constante.

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Enfocáte en el hábito, luego en los resultados. En lugar de pensar obsesivamente que tu propósito es perder 15 libras en tres meses proponte caminar 30 minutos, cinco días a la semana. ¡Es más efectivo!

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¡Sé realista! Empieza por lo sencillo para motivarte. Ponte metas alcanzables a las que puedas ir agregando nuevos retos. “Esta semana correré 15 minutos, la siguiente 20” y así sucesivamente.

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¡Diviértete!l Elige un ejercicio adecuado para tí, no porque está de moda o porque lo practican tus amigos. ¡Yo amo correr! Si te gusta la música: haz zumba; si amas la naturaleza: corre, camina o monta bicicleta y si eres competitivo: nada, juega tennis o racquetball.

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Anótalo en el calendario. Así como es de importante trabajar, divertirte o ir al médico así debes cumplir tu cita con el ejercicio. No excuses!

Permitime contarte cómo estoy cumpliendo día tras día con mi propósito de 2022. Creo que te va a servir también. Vengo entrando a casa. Fui a correr al parque a las 5:15 am. Hoy hacía frío, el sol salió muy tarde. Y mi cama estaba taaaan rica, tan calentita. Pero me resistí. Mejor saqué un pie, el otro, y ya. Ya después de lavarme la cara con agua bien fría, no quedaba más que ponerme los tennis. Y estando allá corriendo, me preguntaba “cómo demonios llegué aquí”. A las 6:30 am terminamos de entrenar. Llego a casa cansada del esfuerzo, pero feliz porque me llené los pulmones de aire fresco, ya amaneció y ya todos se levantaron. Ahí va el tren, el autobús, ya vamos todos hacia la rutina. Se despertó el mundo.

Al entrar a casa veo el calendario en la pared: y aunque tengo 44 años, y hace rato que no estoy en el kínder, pego una estrellita de color en la casilla del día de hoy.

Me la gané, porque fui y lo logré. Es solo una calcomanía en un calendario, pero yo me siento casi como Simone Biles en el podio.

Comencé a hacer eso que suena tan preescolar, desde julio del año pasado, para darme el mérito de que pude levantarme, fui a hacer ejercicio. Lo hice.

Hacia final de mes, al ver tantas estrellas en el calendario, me digo “qué bien, ¿ves que sí se podía?”. Por supuesto que no pongo estrella TODOS los días. Hay días de descansar, otros en que me trasnocho y no logro levantarme. Y otros en que mi cuerpo me dice “hey, hoy no, hoy dormite un rato más”. Uno sabe muy bien cuándo se debe descansar, y cuándo no hay que ceder a la pereza.

Pero esas estrellas que sí puse son los días que quise cumplir conmigo misma. “Para que me entren los jeans otra vez. Para divertirme. Para mi salud mental. Para tener disciplina. Para aprovechar el tiempo. Para disfrutar que estoy viva. Porque cuando no pueda, me voy a arrepentir de no haberlo hecho”. ¡Tantos motivos para no quedarme debajo de las cobijas!

Con el pasar de los días y las semanas ya se hace un hábito. Lo mismo le puede costar alguien que está aprendiendo a pintar, dejando de fumar o practicando para un examen: uno se pone la meta y aunque tenga un estadio lleno de porristas, solamente es uno quien sabe cuán difícil es, y lo rico que se siente haberlo logrado y ver los resultados.

Siempre pasa lo mismo en enero: primer día en el gimnasio, primer día de salir a caminar, primer día de ordenar el armario… y es de humanos que un día no queramos, o que perdamos el entusiasmo del inicio. Por eso ese porrista soy yo. No tiene que venir un entrenador o un amigo a felicitarme: yo pongo esa estrellita y veo que sí pude cumplirme y darme ánimos para no dejar tirado el propósito al primer cansancio.

Hay apps para el teléfono, que te guían para cumplir metas, te recuerdan cuántos vasos de agua te faltan, cuántos pasos diste hoy o cuántos kilos faltan por bajar. Al que le sirva eso, ¡úselo! Yo soy de la vieja escuela, además de que mi calendario “estrellado” se ve precioso. Cada vez que lo veo, sé que todas esas madrugadas le gané a la flojera. ¡Comprobado, sí se podía! No importa el propósito, hay que buscar cómo motivarse uno mismo: ¿para ir al gimnasio, unos calcetines de colores? Dale. ¿Para estudiar, unos marcadores para resaltar la lectura? Dale. ¿Para comer más saludable, un recetario en línea con ideas? Dale. ¿Para ahorrar, un chanchito de barro pintado por tus hijos? Qué lindo, dale.

Hay que estar consciente de que hay rachas buenas, rachas malas… a veces uno pierde el hilo porque el trabajo, porque un catarro, porque ¡la vida!, pero siempre se puede volver a tomar impulso. Si por ahí en marzo necesitás otro empujón, pues de nuevo. Sin tirar la toalla ni pensar “ya no tiene sentido”. Siempre tiene sentido.

Tengo 11 años de hacer ejercicio regularmente, casi siempre levantándome temprano tres veces entre semana, y los sábados. Lo que te puedo aconsejar, y que a todo mundo le funciona, es esto:

- Dormir bien (ahí sí funciona la alarma, pedile a Alexa que te recuerde que ya hay que ir apagando luces y acostarse). - Motivate a tu manera (yo con mis estrellitas). Tal vez te sirva un simple check en la agenda, y ver a fin de mes 25 checks y te sentís enorme y feliz por ello.

- Enamorate de una meta. Poné en el espejo un post it con esa meta: “Bajar 2 libras” “Caminar sin cansarme” “El viaje a París” “La maestría”. Todos los días que veás ese papelito o fotografía, te acordarás del por qué te esforzás. ¡Y cuando lo consigás, contáselo al mundo! (si no se alegran, aburridos ellos. ¡Vos sí merecés celebrarlo!)

- Buscá red de apoyo. Por ahí siempre hay un grupo de FB de fumadores deseando dejarlo. O de principiantes en bicicleta. En grupo, nos motivamos mutuamente, y tendremos siempre un tema en común de conversación.

NO IMPORTA EL PROPÓSITO, HAY QUE BUSCAR CÓMO MOTIVARSE UNO MISMO

Enero

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