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Unos 1,900 han muerto en travesía a EE UU

Solo entre 2021 y 2022 la Cancillería hondureña recibió 766 solicitudes de repatriación de ciudadanos que perecieron en la ruta migratoria a Estados Unidos

Danilo Hernández redaccion@laprensa.hn

SAN PEDRO SULA. Accidentes, secuestros, deshidratación, insolación y hasta la muerte son algunas de las experiencias terroríficas a las que se han expuesto todos los migrantes hondureños que emprendieron el riesgoso viaje en busca del “sueño americano”.

Las historias son innumerables, cada uno de los migrantes tiene su propio testimonio y no todos narran con detalle lo que pasó. Mientras las familias sufrieron en silencio, a la distancia, por el peligro que el viaje conlleva, los compatriotas se aferraron a la fe y a la esperanza para llegar “al norte”.

El equipo de LA PRENSA Premium conversó con diferentes compatriotas que lograron cruzar las fronteras y también con las familias que perdieron a uno de los suyos en el trayecto. Más allá de pisar suelo estadounidense están las metas que cumplir. Lo primero es “apoyar a la familia y salir adelante”, frase que coinciden en la mayoría de los entrevistados.

No todos corren con la misma suerte, los desafíos se vuelven más complejos a medida que avanzan en la ruta migratoria, algunos decidieron salir de Honduras por voluntad propia y regresaron en un ataúd. Según estadísticas a la que LA PRENSA Premium tuvo acceso a través de la solicitud de información SOL-SER-656-2023, la Secretaría de Relaciones Exteriores recibió 1,878 solicitudes de asistencia a ciudadanos hondureños que murieron en la ruta migratoria a los Estados Unidos desde 2017 a 2022.

Del total antes mencionado, 1,317 eran hombres y 563 mujeres. Para la defensora de Derechos Humanos, Sandra Zambrano, el fenómeno del desplazamiento interno por violencia está provocando que miembros de muchas familias y grupos vulnerables abandonen el país en busca de una mejor calidad de vida o, al menos, para resguardarse.

Dolor. José Amador (nombre ficticio), de 46 años, y residente en San Manuel, Cortés, salió el sábado 11 de junio de 2022 rumbo a los Estados Unidos. Días previos tomó la fatídica decisión sin el consentimiento de la familia y emprendió el viaje que, según él, iba resuelto a lo que tocara. De acuerdo con el relato de la esposa, Elvia Canales (nombre ficticio), José se mantuvo en constante comunicación desde que salió de casa y al parecer todo iba bien. Durante el cruce de Guatemala y México, no hubo ningún atraso, el coyote tenía todo controlado para tener paso libre en algunos retenes policiales. ¿Cuánto le cobró el coyote a su esposo?, se le preguntó. “Le cobraban 11,000 dólares (cantidad que al cambio equivalente a casi cien mil lempiras), pero como no lo entregaron solo pagó 4,000”.

Tardó un mes para llegar a la frontera y tocar suelo americano, martes 12 de julio, un día muy soleado y caluroso en Texas, Estados Unidos. El agotamiento era aterrador y quedó constatado en los mensajes que José intercam

NO HAY CARAVANAS, PERO TODOS LOS DÍAS LAS PERSONAS ESTÁN BUSCANDO LA RUTA MIGRATORIA”.

bió con su familia.

“Me mandó un audio de angustia y me dijo que ya no aguantaba, él dijo que ya lo había logrado, pero faltaba menos de cinco horas para llegar”, expresó Elvia, con tono de voz quebrantado como reviviendo esos momentos de incertidumbre. Según el relato, el compatriota había preparado avisar a su esposa y a los parientes quienes lo recibirían ese mismo día. Sin embargo, ese momento sintió un fuerte dolor en la parte izquierda del pecho, no había para avanzar y los compañeros de viaje junto con la guía lo abandonaron en pleno desierto. ¿Cuál fue el último mensaje que le envió?, preguntamos en la conversación. “Me dijo que has

ta allí había llegado y que todo fuera la voluntad de Dios, en el audio se escuchó muy mal, desde allí no volvió a contestar ningún mensaje”, aseveró Canales. Por más intentos que hizo la familia para avisar al servicio de emergencia 911, no fue posible por el idioma, el “sueño americano” había terminado para José, las fuerzas se agotaron y su cuerpo quedó en el desierto de Mcallen, estado de Texas. Murió por insolación, según la autopsia.

José Amador fue repatriado el 1 de abril del presente año, ocho meses después que las autoridades migratorias localizaron el cuerpo. La cancillería respondió con los gastos, también, acompañó el proceso de inicio a fin.

El sueño de tener casa propia se diluyó en el intento y el cuerpo fue sepultado en el cementerio de la localidad. La familia se refugió en Dios y así han logrado asimilar la pérdida, ahora solo quedan los recuerdos que perdurarán para siempre de ese fatídico 12 de julio.

Causas. Las causas principales por las que decenas de hondureños migran se encuentran siendo las mismas: inseguridad, violencia y pobreza. En el caso de José, tenía un trabajo y un ingreso económico que fue el sustento para la familia por muchos años, sin embargo, no tenía un hogar propio y fue uno de los motivos que lo orilló a irse.

“No hay caravanas, pero todos los días de Dios las personas están buscando la ruta migratoria”, expresó la defensora al referirse a que la situación del país continúa siendo un riesgo para muchos. Hasta los defensores de derechos humanos tienen temor por su seguridad, pero otros ven como única alternativa abandonar el país y confiar en los coyotes. Hay tantas circunstancias o factores alrededor de la migración, “yo le haría un llamado a las autoridades que generaremos políticas públicas impactantes, que no haya discriminación de ningún tipo, que generaremos oportunidades para que los ciudadanos de esta hermosa patria que Dios nos dio por herencia no la tengamos que abandonar”, enfatizó la defensora.

“Yo tengo todavía un poquito de esperanza que la situación cambie, pero hay una obligación desde el ejecutivo a exigirles a sus funcionarios a respetar las leyes, a trabajar con el pueblo y para el pueblo, el gobierno es de todos y todas aunque uno disienta de algunos temas”, enfatizó Zambrano.

A la vez, argumentó que “Honduras se convirtió en un país de tráfico de personas”, donde muchos se lucran sin importar la edad. Niños no acompañados, mujeres, hombres y hasta familias completas se van, pese a una de las últimas tragedias donde varios hondureños perdieron la vida en un centro de detención en Ciudad Juárez.

EL COSTO DEL VIAJE AHORA SUPERA LOS 6,000 DÓLARES, SEGÚN RELATO DE MIGRANTES

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2023-05-30T07:00:00.0000000Z

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