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Justicia de EUA le impone 30 años de cárcel a cantante R. Kelly

La cárcel lo aguarda Por dirigir durante décadas una red de tráfico y abusos sexuales contra adolescentes y mujeres, el cantante fue objeto de la justicia estadounidense

R. Kelly ha conocido, finalmente, su futuro tras las rejas.

El que fuera la estrella del R&B terminó condenado ayer a 30 años de cárcel por la justicia estadounidense a causa de dirigir durante décadas una red de tráfico y abusos sexuales.

Casi un año después de ser declarado culpable de los seis cargos que pesaban sobre él, el autor de I Believe I Can Fly recibió la sentencia con la cabeza baja, en la misma actitud que prácticamente mantuvo a lo largo de unas cuatro horas de audiencia.

La fiscalía había pedido al tribunal de Brooklyn 25 años de cárcel para Robert Sylverster Kelly, de 55 años, porque alegaba que el que fuera estrella del R&B de los años 1990 con más de 75 millones de discos vendidos, todavía “representa un serio peligro público”.

La jueza Ann Donnelly defendió una sentencia “equitativa y apropiada”, así como “disuasiva tanto para Robert Kelly como para otros” para que se piensen dos veces antes de cometer este tipo de delitos. “La población debe ser protegida de comportamientos como este”, dijo.

Además de la condena, que le llevará a pasar prácticamente el resto de sus días tras las rejas, la jueza también ordenó que el cantante sea sometido a un tratamiento por desórdenes sexuales y psicológicos.

Para el 28 de septiembre, Donnelly ha convocado otra audiencia para definir la multa que tendrá que pagar a las víctimas en vista del estado de sus finanzas.

Testimonios

En septiembre del pasado año, un jurado en Nueva York le declaró culpable de once cargos, entre ellos crimen organizado. Para la fiscalía, la estrella caída en desgracia “era un depredador sexual”.

“Creó un círculo cercano que hizo creer a las víctimas que eran su propiedad” y “controlaba todos sus movimientos”, “con quién tenían que hablar”, “les hizo tener sexo con otras mujeres y otros hombres” y si trataban de abandonarle tomaba “represalias” o las “acosaba en las redes sociales”, dijo la fiscal Elisabeth Geddes, que lamentó que el acusado “no haya reconocido ninguna responsabilidad y siga propagando que no hizo nada malo”.

Vestido con ropa de presidiario y flanqueado por dos abogadas, el condenado tuvo que escuchar una vez más las experiencias de varias víctimas, algunas entre lágrimas y con la

voz entrecortada, que le describieron como “manipulador”, “controlador” y “abusador” que les había destruido la vida.

Las historias de las acusadoras mostraron un patrón de conducta: muchas de las presuntas afectadas dijeron haber conocido al cantante en conciertos o actuaciones en centros comerciales, y que su séquito les entregó papelitos con el contacto de Kelly. A cambio recibían la promesa de que las ayudaría con su carrera musical

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2022-06-30T07:00:00.0000000Z

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